Llegué a España a finales de enero de 2019. Mi plan era quedarme en Madrid, pero como todo lo que tiene que ver con mudarse de paÃs, no fue asÃ. Por cosas de la vida terminé en Córdoba, una ciudad muy pequeña de AndalucÃa, en el sur de España.
Apenas 2 semanas después de haber llegado creà que habÃa conseguido un trabajo, fui a una entrevista en una oficina casi a las afueras de la ciudad, el trabajo era de "comercial" y yo no tenÃa ni idea de qué se trataba. Me fui con una de las mujeres encargadas a ver cómo era el trabajo. La muchacha era médico venezolana y tenÃa trabajando de comercial desde que llegó a España, un año aproximadamente.
Los comerciales, básicamente, se encargan de fastidiar a todo el mundo para que compren productos o servicios. Es lo que llaman "street marketing", que a mi parecer es algo anticuado y muy molesto, sin embargo, ellos dicen que funciona y si a estas alturas de evolución digital lo siguen haciendo, supongo que algo habrá.
No acepté el trabajo. En las condiciones plantearon que yo no iba a tener sueldo base ni ningún tipo de contrato, solo iba a ganar por ventas cerradas y trabajarÃa todo el dÃa caminando y, literalmente, fastidiando gente. Asà que me di una oportunidad de conseguir algo mejor. No me arrepiento pues la empresa cerró semanas después y todos los comerciales quedaron en la calle.
Conseguir algo mejor supuso una larga espera
Después de eso, empecé a formarme en una academia de baile para darle clase a niños. Iba todos los dÃas a apoyar y aprender nuevas técnicas para las clases. Yo no era, ni estaba cerca de serlo, la profesora favorita de los niños. Hablaba poco, a veces no comprendÃan porqué no hablaba como ellos, etc. Aún asÃ, logré dar dos clases a la semana, con las que ganaba 20 euros, 80 al mes.
Además, las dueñas de la academia me ofrecieron dinero para repartir publicidad en los colegios y atraer a más alumnos. Con eso hacÃa 5 euros por colegio y solo iba a uno al dÃa, cuando podÃa ir.
Un dÃa, en la misma academia, me ofrecieron animar un evento, asà que, con todo el miedo del mundo pues nunca habÃa animado en mi vida, lo acepté. Me sentà muy bien, a ellos les gustó, al público también (o eso creo) y yo descubrà algo nuevo que podÃa hacer. Pero no pasó de ahÃ.
Un dÃa, en la misma academia, me ofrecieron animar un evento, asà que, con todo el miedo del mundo pues nunca habÃa animado en mi vida, lo acepté. Me sentà muy bien, a ellos les gustó, al público también (o eso creo) y yo descubrà algo nuevo que podÃa hacer. Pero no pasó de ahÃ.
Las oportunidades comenzaron a aparecer
A finales de junio, después de 5 meses de búsqueda y gracias a una persona conocida que me recomendó, conseguà un trabajo de dependienta (vendedora) en una tienda de bisuterÃa y ropa del centro de la ciudad. Me pagaban 15€ por 6 horas de trabajo y no cotizaba en la seguridad social. ¿Está bien? No, pero fue mi primera oportunidad de generar ingresos constantes.
En paralelo a eso y gracias a un proyecto de la Cruz Roja al que ingresé meses atrás, comencé a ir a un curso de camarera de catering en un hotel, de lunes a viernes de 9 am a 2 pm, de ahà salÃa corriendo a almorzar para llegar a la tienda a las 3:30 pm y salir, si corrÃa con suerte a las 9:30 pm, si no, terminaba la jornada a las 11:30 pm, eran más de 10 horas.
SÃ, era una locura, dormÃa poco, comÃa poco, no tenÃa tiempo libre más que unas pocas horas los fines de semana y alguna tarde que pedÃa libre en la tienda. En mi tiempo libre cocinaba para dejar cosas listas, limpiaba y lavaba la ropa, hacÃa mercado y trataba de hacer alguna actividad para variar.
En ese punto, sabÃa que podÃa narrar noticias, que podÃa salir en vivo, que podÃa bailar frente a miles de personas, que podÃa hacer doblaje y adaptar mi voz a comerciales, que podÃa redactar pero no sabÃa que podÃa vender algo, llevar una bandeja cargada de copas de vino, poner mesas para banquetes o tomar correctamente una comanda.
De salir todos los dÃas narrando noticias de mi paÃs en vivo pasé a aprender a repasar y pulir copas y vajillas, cargar la bandeja y vender filigrana cordobesa.
Todos los dÃas me encargo de darme ánimo, de ver el vaso medio lleno, de ser positiva y de seguir buscando porque algún dÃa, la suerte me tiene que tocar a mi.
Coninuará en otro post...
Todos los dÃas me encargo de darme ánimo, de ver el vaso medio lleno, de ser positiva y de seguir buscando porque algún dÃa, la suerte me tiene que tocar a mi.
Coninuará en otro post...